“Os recuerdo que la imaginación sociológica consiste, en una parte considerable, en la capacidad de pasar de una perspectiva a otra y en el proceso de formar una opinión adecuada de una sociedad total y de sus componentes. Es esa imaginación, naturalmente, lo que separa al investigador social del mero técnico. En unos pocos años pueden prepararse técnicos satisfactorios. También puede cultivarse la imaginación sociológica; ciertamente se presenta pocas veces sin una gran cantidad de trabajo con frecuencia rutinario. Pero posee una cualidad inesperada, quizá porque su esencia es la combinación de ideas que nadie esperaba que pudieran combinarse- una mezcla de ideas de la filosofía alemana y de la economía inglesa, pongamos, por caso-. Detrás de tal combinación hay un juego mental y un impulso verdaderamente decidido para dar sentido al mundo, de lo cual suele carecer el técnico como tal. Quizá el técnico está demasiado bien preparado, precisamente demasiado preparado. Como uno puede ser preparado sólo en lo que ya es conocido, muchas veces la preparación lo incapacita para aprender modos nuevos, y lo hace rebelde contra lo que no puede menos de ser vago y aun desmañado al principio. Pero debéis aferraros a esas imágenes y nociones vagas, si son vuestras, y debéis elaborarlas. Porque en esas formas es como aparecen casi siempre, al principio las ideas originales, si las hay” C. Wrigth Mills (1961),La imaginación sociológica. México Fondo de Cultura Económica pp.220